Con mucha fe y devoción, nuestros estudiantes recibieron, por primera vez, a Jesús sacramentado, en una celebración en la que participaron sus apoderados, familiares, amigos y miembros de la comunidad Compañía de María Seminario.
Desde marzo y en medio de la incertidumbre por las fases de transición y la evolución de la pandemia se realizaron los encuentros catequísticos, destacando la participación y compromiso de las familias, que la semana pasada participaron del rito sacramental de la Primera Comunión con el que los y las estudiantes están más unidos con Dios y nuestra Madre, la Virgen María.
La ceremonia fue presidida por el Padre José Agustín Tapia, quien inició la liturgia entre los cánticos «Mi primera comunión», «Perdón» y «Gloria a Dios». Para partir con la primera lectura de 1 Corintios 11, 23-26 que recuerda a Jesús en el Pan y en el Vino.
En el momento del evangelio, el sacerdote citó a Juan 15, 7-16, destacando el más importante de los mandamientos: «Que se amen unos a otros como yo los he amado», dijo.
«Oremos por los niños y niñas que hoy reciben a Jesús sacramentado, para que sean más amigos de Jesús y en el recorrido de su vida recuerden siempre que Él camina a su lado en todo tiempo. Roguemos al Señor. ¡Escúchanos Señor te rogamos!», fue uno de los pedidos más efusivos en la misa.
Recibir a Dios
En la comunión, los niños y niñas permanecieron de pie, mientras se quitaban las mascarillas y las dejaban en sus sillas junto a cuadernillo de cantos. El Padre José Agustín se iba acercando uno a uno entregándoles el cáliz. Los estudiantes lo receptaban en sus manos para proceder a concluir con el rito de recibir el cuerpo de Dios.
La encargada de dar la acción de gracias fue nuestra directora, María Pía Ábalos, esto previo al rito de conclusión en el que los niños se pusieron de pie para realizar juntos la Oración de la Consagración, mientras procedían a encender velas compartiendo la llama con quienes se encontraban a su lado.
«María, madre de Jesús y nuestra madre, acompaña e inspira a Juana de Lestonnac en los momentos importantes de su vida. Por eso, desde su fundación es también para la Compañía de María expresión y síntesis de su identidad y de lo que quiere vivir», dijo el sacerdote.
El emotivo encuentro concluyó con el canto «María mírame», con el que los y las estudiantes recién consagrados le entregaron el corazón y su fe a nuestra Madre María.