Este ha sido nuestro primer año en el Colegio y desde el primer día nos sentimos parte. Las educadoras han sido un apoyo enorme en la adaptación de nuestra hija, siempre con cariño y comunicación constante. Estamos muy contentos de haber llegado aquí.

Lo que más valoro del Colegio es el ambiente de respeto y cercanía que se vive día a día. Mis hijos se sienten escuchados y acompañados, y eso se nota en su alegría al venir a clases. La formación valórica y la espiritualidad del Colegio hacen una gran diferencia.

Llegamos a este colegio buscando un espacio que formara con el corazón, y lo encontramos. Hay una comunidad que acoge, profesores que se preocupan de verdad y un sello humano que trasciende lo académico. Sentimos que nuestros hijos crecen felices y con sentido.